San Valentin

Siguiendo con la tradición que seguro todo blogger está siguiendo, hoy escribiré acerca de este día que hasta hace poco odiaba. San Valentin.

Había planeado ir con Mariana, Lupe y mi novio al Kentucky Fried Chicken pero Mariana no contestó y Lupe tenía que cuidar a su hijo, así que terminamos llendo a casa de esta última a pasar un rato. Después fuimos a dar la vuelta por ahí, no fue nada del otro mundo, pero estuve feliz todo el rato. Ah sido el primer San Valentin que pase con novio.

Y me ah dado más regalos de los que, a no ser por mi 15avo cumpleaños, había recibido en toda mi vida juntos. Un reloj, dos paletas de caramelo, una paleta gigante de chocolate que dice te quiero, un globo enorme que dice te quiero mucho, un perrito de peluche y un pergamino.

Esto es lo que reza el pergamino que ahora cuelga por encima del cabezal de mi cama:

Decir Te Amo

Decir: te amo, no nada mas es una palabra; palabra, que sale del corazón. De sentir cada letra latente, gozarla, paladeara, sentirla en el alma como yo te siento, por que no solo es el cuerpo, es la esencia, eres tu: que has sabido darme amor; amor a cada instante, es gozar y amar cada centímetro de tu cuerpo, de tus palabras, e la esencia de tus besos, en los que dejas la sensación, el sabor, la dulzura del amor.

Es tu mirar tan sincero que proyecta un manantial de pureza y cuando me sumerjo en él, siento la frescura recorrer mi alma

Si hago vagas cuentas, se gasto como 400 pesos en mi. Por que solo del globo fueron 120. El reloj 60 e ignoro el precio de lo demás, pero no del todo. ¿Lo ven? Es un amor de niño. A veces creo que no lo merezco.

Lo bueno es que ahora lucí figurita más delgada de lo que había estado en los últimos 3 años, por que haciendo cuentas, tiene 3 años que dejé de pesar los 71 que ahora peso. Aun son muchos pero quizá deje los 70 el miércoles, ya que estoy a dieta aun.

No pude tomar fotos, y me habría encantado, pero en fin, solo puedo traerles una mala foto de los regalos que me dio, aunque no sale el pergamino. Pero el mejor regalo -por mas cursi que suene- fue estar con el esa noche. Sentirme entre sus brazos protegida, y querida como nunca antes. Aunque me hayan dolido los pies toda la noche a causa de los tacones.